30/08/2020
Al poco tiempo de haberse inventado la bicicleta, se insertó en la sociedad a tal punto que muchos la adoptaron como herramienta de trabajo. Esto sería el principio de una gran historia si no estuviera atravesada por la explotación y el trabajo infantil del que muchas empresas se aprovecharon a principios del siglo XX.
Los primeros bicimensajeros fueron niños. Eran empleados de compañías de telégrafos y farmacéuticas que los hacían trabajar jornadas larguísimas, muchas de ellas nocturnas.
A esta contratación masiva de pequeños bicimensajeros se sumó Western Union, poniéndolos a hacer envíos en las ciudades de Nueva York, San Francisco y otras grandes capitales.

“J.T. Marshall, mensajero de Western Union de once años. Ubicación: Houston, Texas. Octubre de 1913”
Ante la necesidad de visibilizar diversas situaciones de explotación infantil, el Comité Nacional de Trabajo Infantil contrata a Lewis Hine, un sociólogo y fotógrafo de Nueva York, que comienza a documentar las condiciones de trabajo de niños en varias áreas de la industria: Desde la minería, hasta la agricultura y la bicimensajería.

“Curtin Hines. Mensajero Western Union. Catorce años. Va a la escuela y trabaja de 16:00 a 20:00 horas. Octubre de 1913”
Lewis usaba a la fotografía como un medio de denuncia de la realidad laboral de Estados Unidos de esa época.
En las fotografías que documentaba, agregaba notas que describían el contexto e información que le proporcionaban los niños sobre su situación particular.
Las imágenes eran tan declarativas que las utilizó para presionar a las autoridades y conseguir mejoras en las condiciones laborales, ya que ponía de manifiesto el peligro al que exponían a los trabajadores. En el caso de la bicimensajería, denunciaba que muchas entregas se daban en las zonas rojas de la ciudad, donde reinaba el narcotráfico y las actividades ilegales.
Las fotos de Hine se convirtieron en la cara del movimiento por la Reforma laboral infantil y ayudaron a impulsar la Ley Keatings-Owen de 1916, que establecía restricciones de edad y turnos para los trabajadores más jóvenes.
Fue así que la bicimensajería se convirtió en un trabajo bastante común, que retorna en este siglo y demuestra ser una pieza necesaria en las ciudades.

“Luther Wharton, repartidor de doce años. Trabaja desde las 4:00 p.m. hasta la medianoche en la Farmacia Sommers. Lo vi trabajando a medianoche. Va a la escuela durante el día, luego trabaja de cuatro a doce y los domingos medio día. Cobra 5 $ a la semana. Octubre de 1913”
En las próximas semanas vamos a contarte desde adentro cómo se trabaja en la actualidad arriba de la bici, quedate atentx.

“Isaac Boyett, tiene doce años y trabaja en el Club Messenger Service, en Waco, Texas. Hasta las 9:30 p.m. los sábados, algo más pronto entre semana. Gana de seis a diez dólares a la semana. Noviembre de 1913”